jueves, 26 de noviembre de 2009

Madres de Ciudad Juárez no cesan en su demanda de justicia


* Fundación “María Sagrario”, una esperanza en medio del desierto, señalan
* ¡Ni una muerta más! Claman en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres

Leonardo Bastida Aguilar

México DF, noviembre 25 de 2009.

Cerca de la frontera con los Estados Unidos, último reducto de México, asentada en los terrenos de Ciudad Juárez, se encuentra la colonia Granjas Lomas de Poleo. En una de sus entradas, caminos de tierra, cruces de madera pintadas de rosa rememoran a las jóvenes muertas por asesinatos en los últimos años.

En medio del polvo del desierto, cercada por la familia Zaragoza, investigada por posibles nexos con el Cartel de Juárez y propietaria de empresas gaseras, esta colonia aloja a cientos de trabajadores de la maquila.

La violencia es cotidiana en estas tierras reclamadas por los Zaragoza tras subir su valor inmobiliario. Las agresiones hacia las mujeres son constantes. Una de las víctimas fue María Sagrario González Flores, una joven de 17 años que trabajaba en la maquila y quería ser maestra. Su cadáver, con huellas de violencia extrema, fue hallado en Loma Blanca en abril de 1998.

Cuatro años después de los hechos, Paula Flores, madre de María Sagrario, decidió gestionar la construcción de un jardín de niños por el hecho de que el más cercano se encontraba a dos kilómetros de distancia. Ser miembro del comité vecinal y luego de observar muchos problemas en las familias de la comunidad, la llevaron a gestionar la instauración del Jardín de Niños “María Sagrario González Flores”.

Así surgió la Fundación María Sagrario, para promover e impulsar el desarrollo de proyectos educativos, culturales y sociales con el fin de contribuir a una vida más digna y más humana, señaló Paula Flores durante la presentación del proyecto en la Primera Reunión de Trabajo de Especialistas en la Dimensión Política, Jurídica y Cultural de la Violencia Sexual en la Frontera Ciudad Juárez, Chihuahua-El Paso, Texas.

Lo que comenzó como un jardín de niños y un espacio para ofrecer talleres de alfabetización, costura y repujado entre otras actividades, se ha convertido en un espacio comunitario de intervención educativa para fomentar una cultura de la convivencia pacífica, señalaron Paula Flores y Jorge González, titulares de la organización.

La necesidad de visualizar la violencia de género en Lomas de Poleo es fundamental, de acuerdo con la fundación, la población de la colonia está conformada en un 48 por ciento por hombres y 52 por ciento por mujeres.

Este proyecto tiene la finalidad de erradicar la violencia de la zona y convertirla en una comunidad organizada en la que sus habitantes convivan con respeto para construir una ciudadanía y una cultura libre de violencia y discriminación.

Labores como pláticas sobre cómo erradicar la violencia al interior de las familias, acercar a los niños de la comunidad a actividades artísticas, elaboración de cómics y grafittis que hablen de los problemas que acarrea la violencia, son actividades que se fomentan en el espacio.

En torno al trabajo realizado en el lugar, Paula Flores señala “(Fundación María Sagrario) integra a los vecinos del lugar como activos, autogestivos y responsables del desarrollo de la colonia. Ellos mismos deben impulsar sus propias instituciones locales. Pretendemos crear un modelo que pueda reproducirse”.

En agosto pasado, la fundación y la Universidad Autónoma Metropolitana firmaron un convenio de cooperación para dar seguimiento a este proyecto y consolidarlo. “Se busca una convivencia comunitaria, un diálogo”, mencionó Paula Flores al momento de firmar el primer convenio oficial del organismo.

Hoy, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, los miembros de la fundación se suman al clamor de muchas otras mujeres de la entidad fronteriza y diversos lugares del país ¡Ni una más!