Por Mariana Berlanga*
El feminicido es el asesinato de una mujer por el hecho de ser mujer. Es símbolo de la impunidad. En 1993 comenzaron a registrarse los primeros hallazgos de cadáveres femeninos con marcas de violencia extrema, localizados en basureros y lotes baldíos en Ciudad Juárez, Chihuahua, México. Por eso comenzamos a hablar de feminicidio. A la fecha, se habla de más de 500 asesinadas y 1000 desaparecidas. La ola de asesinatos no sólo no ha sido detenida sino que se ha extendido a otros estados de México.
Dado el carácter cada vez más apremiante del problema, el pasado 3 y 4 de agosto, se llevó a cabo en la Ciudad de México la Primera Reunión de Trabajo de Especialistas en la Dimensión Política, Jurídica y Cultural de la Violencia Sexual en la Frontera Ciudad Juárez, Chihuahua./El Paso, Texas. Patricia Ravelo Blancas y Héctor Domínguez, del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología, con el apoyo de otras instituciones mexicanas y estadounidenses, convocaron a cerca de 60 especialistas, entre las que se encontraban académicas/os, estudiantes, activistas de los derechos humanos y familiares de víctimas del feminicidio.
“La violencia feminicida es constitutiva de nuestra civilización”, expresó Ana María Martínez de la Escalera al inicio de la reunión, cuestión que fue permanente punto de debate. También sostuvo que mientras no se examine ese carácter constitutivo, no se podrá argumentar el estado de excepción que representa –según algunos– el caso de Ciudad Juárez. Cecilia Balli (de la Universidad de Texas en Austin) explicó el problema específico de Ciudad Juárez con lo que ella denominó una masculinidad emergente: “El hombre retiene y reafirma su masculinidad por medio de la intimidación, del terror y la violencia”.
Dada la reciente militarización de esta ciudad, Patricia Ravelo y Héctor Domínguez dijeron que Juárez es un estado de excepción, “en donde el goce es para los hombres de armas”. El Estado apareció como una figura problemática, pues es la estructura sobre la que están basadas nuestras sociedades, pero por otra parte, es una figura que “no podemos obviar”, expresó Marcela Lagarde, antropóloga mexicana, quien acuñó el término de feminicidio. En ese mismo sentido, las/os integrantes del Centro para el Desarrollo Integral de la Mujer nos recordaron que hay tres casos que la Corte Interamericana de Derechos Humanos tienen que resolver.
Ileana Rodríguez (integrante de The Ohio State University) aseguró que “el incesto y el feminicidio son parte de una cultura que tiene un horizonte de violencias”. Según Rita Laura Segato (de la Universidad de Brasilia), para descifrar lo que ocurre en la Frontera Norte de México hay que entender “la relación entre el perpetrador y sus pares y el mandato violento propio de la masculinidad y sus transposiciones en otras cofradías o hermandades”.
La acción, por tanto, debe realizarse desde todos los frentes: el jurídico, el institucional, pero también desde la movilización ciudadana y el trabajo colaborativo, fue una de las conclusiones de la reunión. Sin olvidar que las madres de Juárez fueron las primeras en denunciar y visibilizar el feminicidio. De ahí que ellas, las madres, son las máximas especialistas en el tema.
* Periodista y feminista. Investiga los feminicidios en Guatemala y México