sábado, 20 de julio de 2013

México revive la tragedia de las mujeres de Juárez

El Estado de México vive un alarmante ascenso en la cifra de feminicidios

Las autoridades se niegan a declarar la alerta de género


No siempre se aprende de los errores. Hace una década, México se horrorizaba con la aparición casi diaria de cadáveres de mujeres en Ciudad Juárez. Entonces, el Estado mexicano no fue capaz de garantizar el derecho a la vida de las mujeres, como condena unasentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de 2009. Y ahora, 20 años después de que comenzaran los feminicidios que han dejado más de 800 muertas en la ciudad fronteriza, México afronta una nueva crisis: no es Ciudad Juárez en los años 90, es el Estado de México en 2013.
Las asociaciones civiles argumentan que en 2011 y 2012 se registraron en este Estado del centro del país 563 casos de mujeres asesinadas por la única razón de ser mujer. Esta última semana es un claro ejemplo de la tragedia: los cadáveres de cinco jóvenes, todos ellos con síntomas de una brutal violencia, han aparecido en el Valle de Chalco, una localidad de unos 350.000 habitantes situada precisamente en el Estado de México.
Hace cinco años que se creó el mecanismo de la alerta por violencia de género, que se ha convertido en una alarma muda. Ni estas cinco muertas ni las 563 de los dos últimos años han convencido al Sistema Nacional para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la violencia de que lo activen. Este viernes han vuelto a negarse a poner en marcha una alerta que hasta el momento sigue inédita a pesar de que el número de muertes en el país aumentó un 68% entre 2007 y 2009, según ONU Mujeres. La cifra, por ejemplo, se triplicó en el Estado de Baja California. Las asociaciones han demandado su activación en seis ocasiones: una en Oaxaca, dos en Guanajuato, una en Nuevo León, otra en Hidalgo y otra en el Estado de México. En estos cinco años, y en tan solo trece de los Estados, murieron violentamente 4.112 mujeres y niñas, según el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF).
“Tenemos los mecanismos para enfrentarnos a este problema, pero las autoridades parecen no querer reconocerlo. Y si no se reconoce, no se pueden poner soluciones. Mientras, las mujeres mueren”, explica María de la Luz Estrada, coordinadora del OCNF. Este organismo sostiene que, de las 563 víctimas de feminicidio en el Estado de México, solo 115 fueron catalogadas como tal por las autoridades, evitando así enfrentar el problema.

De las 563 víctimas de feminicidio en el Estado de México que reportan las asociaciones, solo 115 fueron catalogadas como tal 
Marcela Lagarde, presidenta de la Red de Investigadoras por la Vida y la Libertad de las Mujeres, considera que hay “un fuerte problema de impunidad, de casos que no se reconocen como feminicidio pero que tienen unos patrones que se repiten: mujeres jóvenes que desaparecen y que son encontradas con signos de agresión sexual y una violencia desmedida”, explicaba Lagarde en un acto reciente. La Procuraduría del Estado de México "ha reconocido que el 73% de las mujeres asesinadas en la entidad en 2011 y 2012 fueron encontradas en vías públicas como basureros, y que el 42% fueron asesinadas con el uso de la fuerza física", explican desde el Observatorio.
Si se activara la alerta en el Estado de México, donde el presidente Peña Nieto fue gobernador, se pondrían en marcha unos protocolos para saber qué ocurre en los diez municipios que concentran más de la mitad de los asesinatos. También tendrían que investigarse a fondo las 955 desapariciones de mujeres que se registraron en un período de 18 meses (de enero de 2011 a junio de 2012).
Más de la mitad de las desaparecidas tenían menos de 21 años. “Parece bastante obvio pensar que si la mayoría de las desaparecidas son niñas, puedan ser víctima de la trata”, asegura María de la Luz Estrada. “Sabemos que si se las busca en las primeras horas hay más posibilidades de que no hayan podido sacarlas del Estado o del país. Por eso no se puede investigar como una desaparición común, sino atendiendo a un criterio de violencia contra la mujer. Sabiendo que hay un problema que está golpeándolas a ellas”, explica, por su parte, Marcela Lagarde.
Mientras, las mujeres mueren.