Queman las casas de mujeres “protegidas” por la PGR
Por Anayeli García Martínez
México, DF, 17 feb 11 (CIMAC).- En sólo dos días, personas no identificadas incendiaron las casas de dos defensoras de Derechos Humanos (DH) en Ciudad Juárez, Chihuahua, lo que refleja que el hostigamiento y las amenazas contra las activistas va en ascenso.
El 15 de febrero la casa de la activista Sara Salazar fue incendiada, y anoche el domicilio de la defensora e integrante de la organización Nuestras Hijas de Regreso a Casa, María Luisa García Andrade, también fue quemada.
En entrevista desde Chihuahua, Marisela Ortiz Rivera, presidenta de Nuestras Hijas de Regreso a Casa, dijo a Cimacnoticias que estos hechos y la desaparición de Malena y Elías Reyes Salazar, y la esposa de éste, Luisa Ornelas, son un mensaje contra las defensoras de DH.
Ortiz Rivera señaló que ante el clima de inseguridad, esta mañana ella se vio obligada a abandonar su hogar toda vez que también ha recibido amenazas de muerte por documentar los homicidios dolosos de mujeres en Ciudad Juárez.
El pasado 7 de febrero, Luisa Ornelas y los hermanos Elías y Malena Reyes Salazar desaparecieron. Días después, el martes 15 de febrero, fue incendiada la casa de la señora Sara Salazar y anoche se dio una agresión más, esta vez contra la integrante de Nuestras Hijas de Regreso a Casa María Luisa García Andrade.
Marisela Ortiz precisó que de acuerdo con el testimonio de los vecinos, minutos antes de las 11 de la noche dos desconocidos prendieron fuego al techo de la casa de María Luisa, mientras ella permanecía en el plantón que familiares y activistas de los hermanos Reyes Salazar mantienen frente a la Fiscalía de Justicia Zona Norte, perteneciente a la Procuraduría General de la República (PGR).
Hasta el momento no se tiene claro si el incendio fue provocado debido al apoyo que las activistas han dado a la familia Reyes Salazar, o porque durante los últimos meses las defensoras de DH han documentado casos de trata de personas en la entidad.
Aunque Marisela y María Luisa cuentan con medidas cautelares por parte de la PGR desde 2008, que constan de un teléfono celular para que hagan llamadas de auxilio y dos escoltas, quienes no han servido para evitar actos de este tipo.
Ante esto, ambas exigieron que se investiguen los hechos y que se atiendan las demandas de la familia Reyes Salazar. Nuestras Hijas de regreso a Casa está recabando la información de estos casos y las pruebas de los incendios para enviarlos a la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y la Organización Mundial contra la Tortura.
Cabe recordar que María Luisa es hermana de Lilia Alejandra García, una víctima de feminicidio que en febrero de 2001 fue secuestrada, violada, torturada y asesinada, caso que junto con el de Silvia Elena Rivera, fueron presentados ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en 2002 y que están en espera de ser admitidos.
11/AGM/RMB/LGL
domingo, 20 de febrero de 2011
"Sí, tengo terror de ser parte de la cifras de mujeres asesinadas"
México reacciona con lentitud a la violencia que sufren las mujeres en Ciudad Juárez. Han pasado 17 años desde los feminicidios, han surgido varias organizaciones de ayuda y protesta, se han realizado un sinnúmero de estudios y análisis en la materia, se han dado debates y peticiones por parte de diputados locales y federales, y la violencia y el acoso contra las mujeres ni termina ni disminuye.
Nuevamente una ola de violencia se intensifica contra denunciantes, activistas de derechos humanos y familiares que han continuado la lucha por frenar la impunidad de estos crímenes.
Un día después del incendio de la casa de Sara Salazar, madre de la activista asesinada Josefina Reyes, y de los secuestrados en Guadalupe de Juárez, el 16 de febrero fue incendiada también la casa de Malú García Andrade. Ella se incorporó a la organización Nuestras hijas de regreso a casa, AC, después de la tortura, violación y asesinato con lujo de violencia que sufriera su hermana Lilia Alejandra, a la edad de 17 años, el 21 de febrero de 2001.
Ahora Malú García se dirige a la comunidad internacional para llamar nuevamente la atención sobre el terror que invade a su familia y al resto de la ciudad. “Me aterra la idea de que a mis niños les pueda pasar algo este nuevo atentado contra mi vida que pasa justo en el aniversario del asesinato de mi hermana Lilia Alejandra García Andrade”, dice en la misiva pública.
Lilia Alejandra, asesinada en febrero de 2001
“Me han orillado a salirme de mi ciudad”, abunda la activista, “ya que mi primer pensamiento fue alejarme y poner a salvo a mi familia”. Sin embargo, Malú continúa trabajando con la denuncia, la defensa de los derechos humanos de familiares de feminicidios, con la investigación de mujeres y niñas desaparecidas y en general con trata de personas. Afirma que así puede “seguir evidenciando a un gobierno inepto, corrupto, omiso negligente y culpable por las amenazas a los defensores de los derechos humanos”.
La activista reconoce que tiene miedo de formar parte de las cifras de mujeres asesinadas y de madres que les han asesinado a una hija en la región de Juárez, “sí tengo terror, pero también es cierto que el dolor de haber perdido a mi hermana y de conocer el dolor de las madres y familias que han vivido y siguen viviendo la impunidad de los asesinos o de poder encontrar a sus hijas es lo que me da el ánimo de regresar y no abandonar esta lucha”.
Enlace para la averiguación previa del caso Lilia Alejandra García Andrade, publicado por la CNDH.
http://www.cndh.org.mx/lacndh/informes/espec/dmujch/cedulas/79-F.htm
Guadalupe Lizárraga
Los Angeles, CA.
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