domingo, 8 de noviembre de 2015

Feminicidio Infantil: Mural de Ana María y Airis Estrella

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El domingo 23 de agosto del 2015 empezamos los rostros de Airis Estrella Enríquez Pando y Ana María Gardea Villalobos Una compañera nos facilitó la barda donde trabajaríamos. Esto fue en la calle Verbena de la colonia “El Mezquital” Durante el desarrollo de este mural vivimos una serie de circunstancias especiales como el hecho de poder terminar en un solo día. Trabajamos durante 11 horas seguidas bajo el sol con un descanso de 40 minutos para comer. Diversos medios de comunicación estuvieron cubriendo la nota y también fuimos acompañados por Juanita y Rubí, madres de Ana María y Airis Estrella. Yo estuve a cargo de pintar el rostro de Ana María y Maclovio pintó a Airis Estrella. Nunca me cansaré de expresar mi agradecimiento hacia todas estas personas quienes permitieron que esto se llevara a cabo en su barrio.
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Fue la primera vez que pintamos un mural dedicado al feminicidio infantil. Ana María tenía 10 años de edad cuando desapareció en marzo de 1998. Su cuerpo apareció en las faldas del cerro bola. Fue violada por varios hombres y apuñalada hasta la muerte.
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“…Airis Estrella fue secuestrada el 2 de mayo del 2005 y su cuerpo sin vida fue localizado el 15 del mismo mes, dentro de un tambo de 200 litros que fue cubierto de cemento y tirado en la orilla de Juárez para tratar de ocultar el crimen…contaba con siete años de edad cuando fue secuestrada y asesinada a martillazos, luego de ser atacada sexualmente durante varios días por García Villalbazo y sus cómplices, quienes la tuvieron encerrada en una vivienda de un fraccionamiento de clase media alta” (Cano 2006, eluniversal.com.mx).
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Tuvimos la suerte de observar cómo un pequeño grupo de niñas se acercó y comenzaron a pintar su propio mural. Al llegar nos preguntaron qué estábamos haciendo y les platicamos un poco del caso de Airis y Ana María. Nos pidieron pintura y pinceles para comenzar su propio mural a un lado del nuestro. Nos sorprendió mucho todo lo que las niñas escribieron y dibujaron sin que nosotros les diéramos mayor detalle. En su mural se pueden leer mensajes dedicados a Airis Estrella, corazones, cruces rosas, papalotes y frases como “Ni una más”. También se acercó un señor a ofrecernos su ayuda para lo que necesitáramos y nos platicó que sus hijas jugaban con Airis cuando eran pequeñas. Las personas pasaban en su carro, se detenían, bajaban el vidrio y se quedaban viendo lo que hacíamos. También se acercaron algunos chavos del barrio y nos ayudaron con otros detalles del mural.
Nosotros no sabíamos qué hacía dos días acababa de pasar el cumpleaños número 18 de Airis Estrella. Rubí pretendía dirigirse al panteón para visitar a su hija después de ver cómo quedaba el rostro. Otra cosa que desconocíamos al momento de organizar la pinta, es que Juanita vive en la misma calle donde finalmente quedó el mural. Ella es una mujer muy fuerte que no sabe leer ni escribir y trabaja en la obra. Durante el tiempo que estuvimos pintando nos platicó de qué manera agarró a “batazos” a un chavo del barrio que amenazó de muerte a su otra hija. Después de golpearlo se lo llevó a la mamá y le platicó lo que había sucedido. Juanita nos aseguró que el trabajo se mantendría intacto porque ella misma se encargaría de cuidar que no dañaran nada.
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Nos llamó mucho la atención la manera en que Juanita comenzó a expresarse del rostro de su hija cuando ya estaba terminado. Hablaba del mural como si se refiriera a su hija y no a una pintura utilizando frases como “Ahora que ya tengo a mija aquí, voy a venir todos los días a verla” y “Ahora que Ana María está aquí voy a pasar para cuidar este lugar”. No fue la primera vez que observamos esto, también en el caso de la señora Paula Flores ocurrió lo mismo. Nosotros lo hemos experimentado como un “regresarles algo” de sus hijas. Pensamos que se desata un nuevo proceso de sanación y esperanza en las madres cuando realizamos este tipo de trabajo. Pudimos confirmarlo cuando borraron el mural de Luz Angélica Mena Flores y su madre, Luz del Carmen, expresó lo siguiente:
“Me siento como si acabara de desaparecer mi hija: expresar todo y lo que siento no puedo; simplemente no tengo palabras: mirar su pintura me reconfortaba y me daba consuelo, porque la fe y la esperanza siempre la he tenido”