domingo, 8 de julio de 2018

Cientos de casos de feminicidios en espera de investigación; Javier Corral no responde...


Sanjuana Martínez
 
Periódico La Jornada
Domingo 8 de julio de 2018, p. 11
Ciudad Juárez, Chih.
La colonia Lomas de Poeleo es un llano enorme de desierto polvoriento ubicado al poniente de esta ciudad, famosa por los feminicidios y la lucha por la tenencia de la tierra. Colindante con El Paso, Texa. Por estas calles sin pavimentar, la pobreza y la inseguridad se juntan y también la reivindicación de la justicia.
Para llegar a la casa de doña Paula Flores es necesario recorrer zonas de marginación por donde ni la policía ni los taxis quieren entrar. Es de noche y las alimañas andan al acecho, como aquel 16 de abril de 1998, el día que su hija María Sagrario González, de 17 años, desapareció cuando iba rumbo a la maquiladora donde trabajaba junto con su papá y su hermana mayor.
Han pasado 20 años y doña Paula no ha dejado de pensar en ella ni un día de su vida: A los dos meses de cambiarle el turno desaparece. Salió a las 4:30 de la mañana y mi hijo la echó en la ruta 10 y ahí en el centro se bajó para agarrar la ruta central. Antes y ahora, las muchachas siguen desapareciendo al llegar al centro de la ciudad, dice doña Paula, mientras sus hijas preparan enchiladas para cenar y sus nietos van llegando de la escuela o el trabajo.
Añade: Pensamos que se había quedado tiempo extra en la maquiladora. Dimos avisos a la policía municipal, pero no quisieron actuar porque había que esperar 72 horas; la buscamos en hospitales. Duró 14 días desaparecida.
El día 29 de abril María Sagrario apareció sin vida en el otro extremo de la ciudad. Encontraron su cuerpo en Loma Blanca en el siniestro Valle de Juárez, donde han encontrado decenas de restos de jovencitas asesinadas: Fue violada y estrangulada, tenía seis puñaladas. Hasta ahorita sigue el misterio. ¿Por qué?.
Zorros del Desierto
Las ocho cruces rosas destacan al final de Lomas de Poleo. Entre la tierra suelta, el calor sofocante, la desolación, los nombres de las mujeres y niñas víctimas de feminicidio que la agrupación de vecinos como doña Paula, Zorros del Desierto, rastrearon hasta encontrar sus cuerpos.
Luego se convirtieron en detectives. Doña Paula y su hija Guillermina se unieron al grupo Voces sin Eco y pintaron cruces negras con fondo rosa, convertidas ahora en símbolo de los feminicidios: Estas niñas tenían el mismo perfil como Sagrario, niñas tranquilas, como mi hija que pertenecía al coro de la iglesia y le gustaba escribir poesía, hay muchas niñas así en las estadísticas.
Doña Paula buscó al asesino de su hija hasta encontrarlo. Se trata de José Luis Hernández Flores, alias Manuelillo Gatica, encarcelado desde 2005 y sentenciado a 29 años de prisión, aunque piensa que no actúo solo, sino que fue por encargo de autoridades coludidas, los llamados mulones (agentes judiciales):
Siempre se lo hemos atribuido al propio gobierno. A José Luis le pagaron 500 dólares para que los llevara donde mi hija trabajaba. Sigo creyendo en su primer declaración cuando mencionó nombres y retratos hablados, da domicilios de quienes le pagaron, pero para las autoridades esas otras personas no existen y lo quieren ver como único responsable.
Luego lo trasladaron a la prisión de Puente Grande, Jalisco: Es un chavo que se crió en la calle. Él se juntaba con los hijos de mi cuñado. Desde que llegamos notamos que le gustaba mi hija. Siempre fue un sospechoso porque después le dio remordimiento y nos dijo que la buscáramos en Loma Blanca pero se fue y nunca lo buscaron. Tenían abandonado el caso. Hasta que vuelve en 2005. Y se lo entregamos a la policía.
▲ Paula Flores, madre de Sagrario González, víctima de femincidio.Foto Sanjuana Martínez
Añade: Pero los verdaderos y principales asesinos de mi hija siguen libres, si es que aún viven. Las autoridades quieren dar carpetazo, pero yo como madre nunca lo he permitido. Son 20 años y no han hecho nada.
Por eso, doña Paula está exigiendo la reconstrucción de hechos que nunca hicieron: Se nos negó. Yo aunque pida limosna quiero ir para ver si realmente está en Puente Grande, Jalisco, o en Oaxaca ahora. Que lo traigan, es lo que estamos pidiendo, pero no nos hacen caso.
Sin justicia
María Sagrario luce sonriente en la foto que su madre mira con cariño infinito. Dice que el gobernador Javier Corral no ha hecho nada por el esclarecimiento de cientos de feminicidios aún sin resolver: No ha hecho nada, es como todos los gobernadores. Las autoridades siempre nos han tratado así. Mucho respeto y mucha labia, pero no tienen ética. No hay cambio.
La investigación sobre el asesinato de su hija, dice, es la más sucia que ha existido. El primer examen de ADN que hicieron a su cuerpo salió negativo, con la fiscal Silvia Loya: Nos mandó llamar para preguntarme si mi hija era adoptada. Luego hicieron la exhumación sin nosotros, nos hicieron las pruebas otra vez y salió positivo.
Sin embargo, doña Paula se dirigió al cementerio y vio que la tumba de su hija estaba intacta: Todo estaba igual. Era mentira. Fue un 2 de junio y les reclamé y me enseñaron un documento donde decía fosa 73 y mi hija esta en la 74. Se equivocaron de tumba. Y otra vez, salieron negativos.
Y lamenta la forma de trabajar de las autoridades: “Sin ser investigadora descubrí todas las mentiras. Y fui a denunciarlo a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y me extraña que aún no se pronuncien porque ahí están todas las pruebas de que el Estado mexicano no ha hecho una investigación seria.
Doña Paula tiene seis hijos y sigue luchando por la verdad, por eso espera que la CIDH resuelva: Estoy pidiendo que se castigue a todos los funcionarios que hicieron mal las cosas y que hasta ahora las siguen haciendo, siguen cometiendo terribles errores con mi hija y con muchas más niñas.
Confiesa que está cansada, pero no quiere permanecer en silencio: Es desgastante, se me está yendo la vida en esto, nos llevamos entre las patas a nuestros hijos que nos quedan. He perdido muchos momentos con ellos haciendo antesalas, buscando justicia, pero es la misma impunidad. No hay justicia. Esto va a seguir.
Doña Paula sigue retocando las cruces rosas pintadas en los postes de las calles principales y todavía hay gente que le pregunta qué significan. Quiere que sean un símbolo de la tragedia, una advertencia para las demás niñas y mujeres de esta ciudad.
La última vez que soñó a su hija, cambió todo: “La soñé y le dije: hija ya no te vayas, pero ella me respondió: Mamita, ya no quiero que llore, prométamelo. Y así deje de llorar, pero mientras no haya justicia no la dejo descansar. Ni modo. Voy a seguir, no me he vuelto loca porque Dios es grande”.