Domingo, 30 marzo 2008
'¿Dime qué sientes... dime dónde estás? '
Nohemí Barraza, periódico Norte de ciudad Juarez
'¿Dime qué sientes... dime dónde estás? '
Nohemí Barraza, periódico Norte de ciudad Juarez
A veces me deprimo, la veo y me pongo a platicar con ella y le pregunto ¿Dime qué sientes, dime dónde estás?", expresó Eva Arce de su hija Silvia, quien hace diez años desapareció dejando indicios que hasta el momento las autoridades no han investigado.
Una década no basta para que la mujer olvide y deje de sentir dolor cuando habla de Silvia, quien ahora tendría 39 años.El pasado martes, Eva y otras madres de mujeres extraviadas en los últimos diez años, solicitaron al gobernador dar seguimiento de manera especial a estos casos."De antemano sé que la mataron, pero lo único que quiero es que me entreguen el cuerpo de mi muchacha para terminar esta pesadilla".Según dijo, los expedientes están llenos de polvo y olvidados porque las autoridades dejaron pasar el tiempo sin realizar investigaciones que de haber sido efectuadas, ya se hubiera detenido a los culpables.
El 11 de marzo de 1998 fue la última vez que vio a Silvia, ésta fue privada de su libertad y aunque Eva dio los nombres de los responsables, hasta la fecha no se ha investigado."Ya le platiqué esta vez al gobernador que se la llevó Jorge García, comandante de la PGR. Tenían mujeres muertas en una casa detrás de La Cuesta, la persona que me dijo estaba amenazada y hasta se murió de un infarto por el miedo que le provocaron".
Entre los responsables también se encuentra Octavio Atayde Palomino, ex esposo de Silvia y a quien se le asocia con el comandante.
Según Eva, este hombre fue el que le dio la noticia de que su hija había muerto.Aunque la madre hizo toda una investigación, proporcionó nombres y hasta direcciones, la autoridad nunca investigó.Después de seis días de la desaparición de Silvia, Eva recibió una llamada anónima que le informó el lugar donde se encontraba secuestrada su hija.
Por años, la mujer enfrentó acoso de vehículos que la seguían y vigilaban. En una ocasión, un automóvil la aventó y varias veces recibió amenazas por investigar.
Además de la muerte de Silvia, Eva también afronta el asesinato de su nieto mayor, Ángel.
Éste era hijo de Silvia y murió hace dos años cuando una persona le disparó por la espalda."Yo también tengo duda de su muerte, dos días antes vinieron judiciales a pedirle que los llevara a casa de su papá para detenerlo, pero no lo encontraron y a los dos días me lo mataron".
Varias fotografías de Silvia, además de una hoja de máquina que simula ser una pesquisa y una manta con la leyenda "existen pruebas de la participación de un elemento de la policía federal en su desaparición", son objetos que conserva Eva hasta recuperar a su hija.
Aunque aparentemente muestra fortaleza, las enfermedades y las depresiones son males que la persiguen como consecuencia de una vida de sufrimiento.
Por su parte, Esteban, el hijo menor de Silvia, quien tenía cuatro años cuando ésta desapareció, tuvo que irse a vivir a otro lugar donde estuviera seguro.
"Cuando ocurrió todo decía -mi mamá está muerta, pero cuando yo esté grande voy a ir al mar y le voy a gritar a Dios que me regrese a mi mamá- ahora dice que va a estudiar en la Marina".