sábado, 27 de agosto de 2011

México: Muerte con rostro de mujer


14 de agosto de 2011, 03:32Por Katia Monteagudo*

México (PL) Tiffany Cabrera solo tenía ocho años cuando fue asesinada por comerse las uñas, luego de ser abusada sexualmente.

Su cadáver se encontró envuelto en unas cobijas, tras haber sido tirado en una de las callejuelas del Distrito Federal por la madre y otros familiares.

A dos días de entrar en vigor una nueva reforma al Código Penal en Ciudad de México, la cual tipifica el delito de feminicidio, su caso se convirtió en la primera consignación de ese ilícito en la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF).

Bastaron 48 horas para que la fiscalía capitalina presentara a Daniel Efraín Ruiz Mosqueira, padrastro de la pequeña y responsable de su muerte, como el primer acusado a quien le aplicarán el nuevo código para sancionar actos de género.

El actual decreto considera feminicidio cuando la víctima presenta signos de violencia sexual de cualquier tipo.

También si a esta se le infringieron lesiones infamantes y degradantes, así como mutilaciones previas o posteriores a la privación de la vida.

Además, cuando existan datos que establezcan que se cometió amenazas, acoso, violencia o lesiones contra la víctima o su cuerpo sea expuesto en público.

Ahora las sanciones van de los 20 a los 50 años de cárcel, pero esta regla varía de acuerdo con la relación existente entre el agresor y la víctima.

Si entre ambos existió relación sentimental, de parentesco, laboral, docente o cualquiera que implique subordinación o superioridad, la pena mínima se incrementa a 30 años y la máxima a 60 años de prisión.

CIFRAS DE LA MUERTE

Aunque hay diferentes estudios, se reconocen por la Cámara de Diputados y el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF) unas 10 mil féminas asesinadas por razones de género durante los últimos 10 años en México.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) recomendó al gobierno mexicano tipificar el delito de feminicidio, tras el asesinato múltiple ocurrido durante el 2006 en Campo Algodonero, de Ciudad Juárez, estado de Chihuahua.

Pidió la CIDH, además, conformar mecanismos eficientes para perseguir y castigar a los responsables de ese hecho, en el cual fueron asesinadas siete mujeres.

No obstante, la violencia contra las féminas sigue cobrando vidas.

Solo en los últimos dos años se reportaron 500 desapariciones, además de las 125 mil mujeres desplazadas por la guerra contra el narcotráfico del 2006 a la fecha.

En los últimos cinco años crecieron en 40 por ciento estos homicidios, además de revelarse cambios radicales en la forma de matar como resultado de la ola de violencia actual generalizada en el país.

Así lo confirma la abogada Soraya Vázquez, asesora jurídica del Instituto de la Mujer del Distrito Federal, quien asegura que al asesinato se une la violación sexual a manos de delincuentes, policías y militares.

Este cambio, precisa Vázquez, contrasta con las estadísticas que durante los últimos años ubicaron al feminicidio como un resultado de la violencia de pareja y reconfigura el mapa del crimen contra las mujeres por razones de género.

Hasta 2005 se podía afirmar que, en el 67 por ciento de los casos, las mujeres habían sido asesinadas en sus casas o en espacios privados o familiares, de acuerdo con una investigación realizada por la Cámara de Diputados.

Según estadísticas del OCNF, en México, del 2009 al 2010, ocurrieron mil 728 homicidios de mujeres.

Jalisco encabeza la lista de los estados con más agresiones contra mujeres; le siguen Tabasco, Chihuahua, Morelos, Sonora, Distrito Federal y Guerrero.

Igualmente la situación es alarmante en los estados de México, Sinaloa, Oaxaca, Colima, Tamaulipas, Baja California, Chiapas y Veracruz.

El caso más emblemático es el de Ciudad Juárez, en Chihuahua.

Varias de esas demarcaciones coinciden con los lugares donde ocurren los mayores enfrentamientos al narcotráfico, y resulta superior la militarización y la violencia social.

Más de la mitad de todas las muertes violentas reportadas corresponden a mujeres de 21 a 40 años de edad. Análisis del Instituto Nacional de Estadística y Geografía aseguran asimismo que en México la tasa de homicidios por cada 100 mil mujeres se incrementó en más de 40 por ciento, al pasar de 2,45 a 3,52, entre 2005 y 2009.

Durante los últimos dos años sucedieron 14 mil violaciones sexuales, según la diputada Teresa Inchaústegui, de la Comisión sobre Feminicidios en la Cámara de Diputados.

FEMINICIDIO, CONCEPTO POR ASUMIR

Ante los hechos, el feminicidio está reconocido hoy en México como un problema nacional; no obstante, aún existe por parte de las autoridades incomprensión, impunidad y desprecio, advierte el OCNF.

Aunque este acto es generalizado en el país, hasta ahora solo se tipifica este delito en seis estados mexicanos: Guerrero, Tamaulipas, Guanajuato, Morelos, Veracruz y más recientemente en el Distrito Federal.

Para Rosa Icela, del OCNF de Guerrero, las legislaciones ponen el acento en las relaciones de pareja, con lo cual se obvia la realidad de violencia de Estado, institucional o social que vive actualmente el país.

Incluso, precisa la abogada Soraya Vázquez, el Distrito Federal es el lugar donde mejor se tipifica este delito, aunque antes de aprobarse el nuevo código la mayoría de los asesinatos contra mujeres eran vistos como violencia social o comunitaria.

María Isabel Belausteguigoitia Rius, directora del Programa Universitario de Estudios de Género de la Universidad Autónoma de México, asegura que es mal empleado en México el concepto de feminicidio.

Belausteguigoitia afirma que las entidades federales manipulan su definición según sus conveniencias políticas o de autoridad.

Para esta investigadora, no se trata solo del homicidio de una mujer, sino que este tiene diversas implicaciones, donde se involucra poder, dominio de un territorio, impunidad, misoginia y violación de los derechos humanos.

Guadalupe Rebolledo Guillaumín, directora del Instituto Municipal de las Mujeres de Xalapa, cree que la tipificación del feminicidio será letra muerta si este no va acompañado por el trabajo de las instituciones de justicia.

"Hasta que la violencia contra mujeres deje de ser impune, el feminicidio consignado como delito será letra muerta", sentencia Rebolledo Guillaumín.

Junto a ella, múltiples mujeres mexicanas, organizaciones civiles, académicos, investigadores, políticos, defensores de derechos humanos reclaman el cese del suplicio de féminas o de niñas como Tiffany, asesinada por solo comerse las uñas.

*Corresponsal de Prensa Latina en México.