LUIS PERAZA PARGA - Dublín, Irlanda
México lleva décadas ignorando olímpicamente las centenares de niñas y mujeres asesinadas en la fronteriza ciudad de Juárez. Los fiscales especiales vienen y van en medio de una impunidad creciente que ha decidido atajar la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Este tribunal regional ha estado a la altura del necesario compromiso social con las víctimas juarenses. El juez americano de derechos humanos, ejerciendo su responsabilidad moral, donde impera el componente social de la función pública, aceptó la imperiosa necesidad de un compromiso gubernamental a largo plazo.
De lo contrario, la vergüenza propia y ajena se enseñorea de gobiernos locales, estatales y el federal, convirtiéndose en macabra burla para las víctimas y para el pueblo mexicano.