Ante el atentado contra Norma Andrade de la organización Nuestras Hijas de Regreso a Casa
¡Alto al hostigamiento a las y los luchadores Sociales!
Este viernes 3 de febrero Norma Andrade fundadora de Nuestras Hijas de Regreso a Casa, sufrió un nuevo atentado contra su vida; afuera de su casa en el distrito federal, donde vive desde mediados de diciembre del año pasado, tras tener que exiliarse en esta Ciudad después de sufrir un atentado el 2 de diciembre del año pasado, en Ciudad Juárez, Chih.
Este nuevo intento de acabar con su vida muestra que lejos de brindarle protección y garanticen la seguridad de la activista, el gobierno federal no tiene ninguna intención de propiciarles estas medidas, dejando campo abierto para que se siga atentando contra la vida de los luchadores sociales y la integridad de las mujeres. No podemos seguir esperando que la vida de una activista siga dependiendo del tan podrido y corrupto estado y sus instituciones, permeado por los carteles, donde con la complicidad de aquel, siguen operando las bandas de narcotraficantes, sicarios, paramilitares, etc. Al mismo tiempo que este estado que dice respetar los derechos humanos se niega a cumplir con las recomendaciones de organismos internacionales de derechos humanos y sentencias en este sentido.
Esto ocurre mientras los Gobiernos federal y locales mantienen militarizado el país, violan las garantías de miles con allanamientos, participan con sus fuerzas militares y policíacas de levantones o de atentados contra la vida como fue el caso de los normalistas asesinados en Guerrero en un operativo conjunto con el gobierno de ese estado. Ya vemos en manos de quien esta la seguridad de las compañeras, del mismo estado que actúa impunemente y que da manga ancha para que ocurran estos atentados a los luchadores sociales.
A más de un año del asesinato de Marisela Escobedo (16/12/10), otra incansable luchadora contra el feminicidio, este recrudecimiento de la política represiva por parte del gobierno, se hace más evidente ante el ataque a Norma y los asesinatos de Susana Chávez, también luchadora contra el feminicidio, Pedro de Alba, dirigente de la policía comunitaria de Guerrero, que se organizaba contra los ataques de paramilitares y del ejército, Nepomuceno Moreno, integrante del MPJD, y Carlos Cuevas, activista y estudiante de la UNAM. El aumento alarmante de la violencia y los feminicidios, perpetrados por sicarios o paramilitares, está bajo el amparo de la militarización del país y de la impunidad imperante en las instituciones estatales y en los funcionarios públicos. Los casos anteriores son un claro ejemplo del aumento de la paramilitarización y la represión sistemática hacia los y las luchadoras sociales que levantan las banderas de lucha contra el feminicidio y la militarización del país.
Se hace indispensable que los sindicatos, organizaciones sociales, de derechos humanos entre otras sean las que breguen por la seguridad de la activista así como de su hija también luchadora social, Malú García y el conjunto de su familia.
Repudiamos el brutal ataque contra Norma Andrade, y no lo desligamos de la larga lista de asesinatos para los que pedimos esclarecimiento en los casos, juicio y castigo a los responsables.
¡Toda nuestra solidaridad con Nuestras Hijas de Regreso a Casa!
¡Por comisiones independientes integradas por defensores de derechos humanos, organizaciones sociales, de mujeres y de víctimas, que lleven los casos de feminicidio!
¡Alto al feminicidio! Basta de impunidad.
¡Alto a la militarización! Fuera ejército de las calles.