Mercedes Doretti, integrante del equipo, informó que también tienen el registro genético de otros 50 cuerpos que no han sido identificados.
03 de marzo de 2012Foto: AP
Ciudad de México.- El Equipo Argentino de Antropología Forense identificó los cuerpos de 33 víctimas de feminicidio localizados entre 1993 y 2005 en Chihuahua, con una técnica que no había sido utilizada: el cruce de información de cuerpos no identificados y denuncias de desaparecidas.
En entrevista Mercedes Doretti, integrante del equipo, informó que también tienen el registro genético de otros 50 cuerpos que no han sido identificados porque no coinciden con las denuncias por desaparición presentadas en la entidad hasta el 2009.
"La metodología consistió en cruzar la información de todas las desapariciones de mujeres de Chihuahua desde 1993 hasta el 2009 con todos los restos femeninos no identificados recuperados en Ciudad Juárez y en Chihuahua", refirió.
Por ello, urgió a la Fiscalía de Chihuahua a que envíe esa información a otras procuradurías e incluso a Centroamérica.
Hace unos días, Ricardo Jaramillo, director de Servicios Periciales y Ciencias Forenses, acusó al equipo argentino de dejar inconcluso el trabajo de identificación.
Sin embargo, con documentos sellados de recibido por la entonces Procuradora Patricia González, el Equipo demostró que entregó en tiempo y forma el perfil genético.
Doretti recordó que desde 2007 sugirió al Gobierno estatal un plan para que familiares de mujeres desaparecidas en el norte del País acudieran a la entidad para corroborar los datos genéticos.
En 2005, la Procuraduría de Chihuahua los contrató para analizar los restos de 30 mujeres.
El trabajo del equipo argentino, conformado por 15 especialistas entre patólogos, antropólogos, genetistas, arqueólogos, una maestra, una socióloga y abogados de México, Argentina, Portugal, Colombia, y Estados Unidos, no fue nada sencillo.
Luego de una ardua búsqueda en el Servicio Médico Forense de Ciudad Juárez y en el C4 de Chihuahua, de revisar los libros en cementerios locales, así como la Osteoteca y la Sala de Embalsamamiento de la Facultad de Medicina de la Universidad de Ciudad Juárez, el equipo argentino localizó otros 50 cuerpos.
Recolectaron información, cruzaron los datos genéticos, antropológicos y los antecedentes de cada caso. Lograron lo que la entonces Procuraduría no pudo en más de una década: darles nombre a las mujeres asesinadas en esa ciudad fronteriza.
"El EAAF identificó 33 de estos restos femeninos y excluyó tres identificaciones oficiales, estas últimas correspondientes al Campo Algodonero. En los 33 casos, los restos fueron devueltos a sus familiares y los dictámenes fueron entregados a las autoridades correspondientes", dijo Doretti.
Apenas en octubre del 2010, al Equipo aún le quedaban 50 cuerpos por reconocer, pero ya había agotado todas las vías posibles para identificarlos. Por ello, ahora insisten en el llamado urgente a la Fiscalía para darle nombre a esas 50 mujeres.
En entrevista Mercedes Doretti, integrante del equipo, informó que también tienen el registro genético de otros 50 cuerpos que no han sido identificados porque no coinciden con las denuncias por desaparición presentadas en la entidad hasta el 2009.
"La metodología consistió en cruzar la información de todas las desapariciones de mujeres de Chihuahua desde 1993 hasta el 2009 con todos los restos femeninos no identificados recuperados en Ciudad Juárez y en Chihuahua", refirió.
Por ello, urgió a la Fiscalía de Chihuahua a que envíe esa información a otras procuradurías e incluso a Centroamérica.
Hace unos días, Ricardo Jaramillo, director de Servicios Periciales y Ciencias Forenses, acusó al equipo argentino de dejar inconcluso el trabajo de identificación.
Sin embargo, con documentos sellados de recibido por la entonces Procuradora Patricia González, el Equipo demostró que entregó en tiempo y forma el perfil genético.
Doretti recordó que desde 2007 sugirió al Gobierno estatal un plan para que familiares de mujeres desaparecidas en el norte del País acudieran a la entidad para corroborar los datos genéticos.
En 2005, la Procuraduría de Chihuahua los contrató para analizar los restos de 30 mujeres.
El trabajo del equipo argentino, conformado por 15 especialistas entre patólogos, antropólogos, genetistas, arqueólogos, una maestra, una socióloga y abogados de México, Argentina, Portugal, Colombia, y Estados Unidos, no fue nada sencillo.
Luego de una ardua búsqueda en el Servicio Médico Forense de Ciudad Juárez y en el C4 de Chihuahua, de revisar los libros en cementerios locales, así como la Osteoteca y la Sala de Embalsamamiento de la Facultad de Medicina de la Universidad de Ciudad Juárez, el equipo argentino localizó otros 50 cuerpos.
Recolectaron información, cruzaron los datos genéticos, antropológicos y los antecedentes de cada caso. Lograron lo que la entonces Procuraduría no pudo en más de una década: darles nombre a las mujeres asesinadas en esa ciudad fronteriza.
"El EAAF identificó 33 de estos restos femeninos y excluyó tres identificaciones oficiales, estas últimas correspondientes al Campo Algodonero. En los 33 casos, los restos fueron devueltos a sus familiares y los dictámenes fueron entregados a las autoridades correspondientes", dijo Doretti.
Apenas en octubre del 2010, al Equipo aún le quedaban 50 cuerpos por reconocer, pero ya había agotado todas las vías posibles para identificarlos. Por ello, ahora insisten en el llamado urgente a la Fiscalía para darle nombre a esas 50 mujeres.