En declaraciones a Cimacnoticias, Edgar Cortez advirtió que el encarcelamiento de Castillo y su hijo se puede leer como un “aviso y escarmiento” para aquellos familiares y organizaciones civiles que exigen justicia ante la violencia de género en Chihuahua, y la ineptitud de las autoridades locales.
“Hemos visto en muchos casos que las y los ciudadanos que asumen la responsabilidad y el riesgo de denunciar, deben tener en cuenta que siempre hay un riesgo de que su denuncia pueda terminar siendo usada en su contra por parte de las autoridades”, abundó el coordinador de la red integrada por 75 organizaciones de la sociedad civil en 24 estados del país.
Añadió: “Las autoridades creen que desprestigiar a quienes están denunciando les servirá para evitar cumplir con su obligación de investigar los delitos”.
Clima hostil
Cortez subrayó que el caso de la familia Castillo Rincón es reflejo de una práctica “muy recurrida” para acallar a quienes exigen justicia, y a la vez muestra la vulnerabilidad de las y los ciudadanos.
“Primero no tienen garantía ni acceso a la justicia y cuando se ponen en medio de una acción (para buscar a su desaparecida) hay consecuencias en su contra”, explicó el activista.
La hostilidad contra las organizaciones civiles que luchan contra el feminicidio y la desaparición de mujeres en Chihuahua se recrudeció luego de que a finales del mes pasado, César Duarte acusó que las y los activistas que defienden a las víctimas “lucran” con el tema, e incluso advirtió que no toleraría a estas agrupaciones.
Previo a esas declaraciones, el mandatario estatal acudió el 24 de marzo a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en Washington, para informar que los asesinatos y desapariciones de mujeres en Chihuahua se habían resuelto, lo que provocó airadas protestas de grupos ciudadanos.
En entrevista telefónica, Martha Alicia Rincón, confirmó el auto de formal prisión contra su esposo y su hijo, y acusó que el proceso judicial se realiza de manera irregular. Reiteró que la detención de sus seres queridos es en represalia por haber denunciado la inacción de las autoridades para buscar a su hija Esmeralda.
Por separado, Luz Estela Castro, directora del Centro de Derechos Humanos de las Mujeres en Chihuahua (Cedehm), señaló que la fabricación de culpables y la tortura en la entidad son reiterativas.
“Hemos documentado varios casos en los que a las personas se les han fabricado delitos, y lo que nos preocupa es que no haya investigaciones científicas que sustenten un juicio y que sea través de vulnerar los Derechos Humanos como se quieran resolver los delitos”, explicó.
Sobre las acusaciones contra José Luis Castillo y su hijo, Lorenzo Castillo Rincón, la abogada Karla Michel Salas, integrante de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos (ANAD), aseguró que lo único que culpa al padre y hermano de Esmeralda Castillo es la palabra de la propietaria y de las y los trabajadores de “una casa de masajes”, giro que se ha relacionado con prostitución y trata de personas, advirtió.
Enfatizó que no existe ningún otro dato en la carpeta de investigación que señale a ambos activistas como responsables del supuesto asalto.