martes, 19 de junio de 2012

Periodista español publica investigación Desaparecidas de Ciudad Juárez



ALCALÁ DE HENARES, España.- Javier Juárez, periodista español de Los Ángeles Press y dedicado a la investigación de las desaparecidas en Ciudad Juárez, en el marco de la presentación de su libro con este mismo título, ha señalado que "es la hora de denunciar la red de mentiras y de complicidades que hay tras los secuestros de decenas de niñas inocentes ".
El periodista ha dedicado más de cuatro años a la investigación de las desaparecidas y ha realizado varios viajes a la frontera mexicana para indagar los pasos que han dado las autoridades en la supuesta búsqueda de las niñas desparecidas. Sus investigaciones se han sumado a nuestro trabajo periodístico Mujeres guardadas en la morgue que denuncian la corrupción de las autoridades que investigan las desapariciones de las mujeres en esta ciudad fronteriza con Texas. "Es hora de exigir explicaciones a los altos cargos de la administración por sus actuaciones negligentes y sentar en el banquillo de la justicia a miembros de las fuerzas de seguridad que han sido investigados por sus posibles implicaciones en estas desapariciones", señaló el periodista español ante la audiencia.
En la presentación de Desaparecidas de Ciudad Juárez en el Salón de Actos del Ilustre Colegio de Abogados de Alcalá de Henares, Javier Juárez acusó directamente a los funcionarios mexicanos que han corrompido las investigaciones, los mencionó por nombre y apellidos, y dio a conocer el caso de Adriana Sarmiento Enríquez, joven de 15 años de edad, desaparecida el 18 de enero de 2008, asesinada tres días después y retenida en la morgue por más de tres años, mientras su madre la seguía buscando junto con las autoridades. El 29 de noviembre de 2011 se reveló que el cuerpo de Adriana yacía en la morgue y las autoridades habían mentido a la madre.
Javier Juárez enfatizó que la búsqueda de las niñas no termina con esta investigación, sino que continuará su trabajo por las jóvenes ya muertas, por las que aún están desaparecidas con vida, por las madres de las víctimas y por las mujeres de Juárez.
LAPress/GL

El periodista Javier Juárez en la presentación de Desaparecidas de Ciudad Juárez Foto: JJ

PRESENTACION DEL LIBRO "Desaparecidas en Ciudad Juarez"






15 de Junio de 2012 en Alcala de Henares... Madrid, España: PRESENTACION DEL LIBRO "Desaparecidas en Ciudad Juarez", del periodista español Javier Juárez ... quien tras 4 años de investigación y apoyo a las familias de algunas jóvenes desaparecidas, decide dejar su testimonio donde relata una realidad que duele: no hay solución a los casos y las chicas siguen desapareciendo...

viernes, 8 de junio de 2012

Bordamos Paz



Una mujer de 25 años aproximadamente, que no fue identificada fue acribillada a la altura del kilómetro 18 y medio de la carretera Chihuahua cerca del poblado La Mesa. 27 de Agosto 2011. Chihuahua.
Bordó: R. Espinosa

ALTO A LOS FEMINICIDIOS


miércoles, 6 de junio de 2012

Nada justifica una agresión sexual


Zapatos Rojos



ZAPATOS ROJOS es una instalación de arte publico colectivo dedicado a las mujeres asesinadas y desaparecidas... fenómeno que inicia en Ciudad Juarez y se extiende a todo México... ZAPATOS ROJOS es la memoria colectiva... es una evocación... un vacío... una marcha silenciosa... Es el anhelo de todas y todos: EL REGRESO A CASA DE NUESTRAS HIJAS.

HOY: ZÓCALO DE LA CIUDAD DE MÉXICO, A PARTIR DE LAS 10:00 HORAS... ACOMPÁÑENOS!!

Ciudad Juárez: los asesinatos de mujeres continúan, también la impunidad


 Santiago Torrado. El Espectador
“Van a ver cómo siguen los homicidios. Los asesinos están afuera”, dijo a las autoridades en su momento, desafiante, el egipcio Abdel Latif Sharif, uno de los pocos condenados por los misteriosos asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez, cuyos cadáveres llevan décadas apareciendo, cuando aparecen, en lotes baldíos, en basureros o en el desierto, con señales de violaciones y tortura. Sharif, que tenía antecedentes de violencia sexual en Estados Unidos, fue arrestado en 1995, en los primeros años de esa siniestra cadena de crímenes de extrema crueldad que han hecho tristemente célebre a la ciudad más poblada del norteño estado de Chihuahua, la frontera más caliente de México. Al egipcio lo acusaron de ser el asesino en serie de al menos 15 mujeres y murió de un infarto tras 10 años en la cárcel. Siempre sostuvo que era un chivo expiatorio, pero más allá de su culpabilidad o inocencia, su frase tuvo una carga profética, y las inquietantes desapariciones y muertes siguen hasta hoy.
Sin ir muy lejos, en el último mes mataron a tiros en apenas 24 horas a cinco mujeres en Ciudad Juárez, ubicada estratégicamente en la mitad de la extensa frontera, al otro lado de El Paso, Texas. A eso se suma el hallazgo de restos de adolescentes desaparecidas en la cercana Sierra del Valle de Juárez, que suman 22 en los últimos 12 meses. Aunque las cifras varían, los cálculos de varias ONG hablan de más de 500 ‘feminicidios’ desde 1993. La inmensa mayoría de los crímenes sigue en la impunidad.
El fenómeno se ha agravado recientemente con la persecución a las activistas que denuncian la violencia contra las mujeres. A Norma Andrade, una de las fundadoras del grupo Nuestras Hijas de Regreso a Casa, la balearon y después apuñalaron entre diciembre y febrero, aunque según las autoridades los ataques fueron intentos de atraco. En proceso de exiliarse, lleva una década como activista, tras el secuestro y asesinato en 2001 de su hija Lilia García, de 17 años, presuntamente por narcotraficantes, y ha denunciado que las ‘muertas de Juárez’ están vinculadas a una red de trata de adolescentes del Cartel de Juárez.
Es el caso más reciente, pero no el único. En los últimos años, según cifras oficiales, han asesinado a cinco activistas y otras 12 han tenido que salir del país. Entre varios casos emblemáticos, a la poeta Susana Chávez, quien acuñó en 1995 la frase “ni una muerta más”, la violaron y mataron en enero de 2011. También en esa ocasión las autoridades desvincularon el crimen de su labor social.
Pero probablemente el caso más indignante es el de Marisela Escobedo. A su hija de 16 años, Rubí, la asesinaron y quemaron en 2008, poco después de haber dado a luz. Como tantas otras madres, Marisela se vio obligada a implorar justicia. Finalmente detuvieron a un exnovio que confesó, pero tras unos meses en prisión salió libre por falta de pruebas. Ante la insistencia de la madre, se reabrió el caso y lo condenaron a 50 años, pero el asesino ya había huido. Marisela decidió instalarse día y noche frente al Palacio de Gobierno de Chihuahua, donde denunció el acoso al que estaba sometida: “Tengo amenazas del asesino de mi hija, de su familia. Me han dicho que él ya está involucrado en un grupo del crimen organizado. ¿Qué está esperando el Gobierno? ¿Que venga y termine conmigo? Pues que termine conmigo, pero aquí enfrente del Palacio de Gobierno, a ver si les da vergüenza”. Y así ocurrió. El 16 de diciembre de 2010, en esa plaza céntrica, frente a una estatua de Miguel Hidalgo, el padre de la patria, una cámara de seguridad grabó cómo ultimaron a Marisela con un disparo en la cabeza.
Todos esos ataques han ocurrido después de que la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenara en 2009 al Estado mexicano por tres casos en particular: los de Esmeralda Herrera Monreal, una empleada doméstica de 15 años; Claudia Ivette González, una trabajadora de maquila de 19, y Laura Berenice Ramos, una estudiante de 17. Los cuerpos ultrajados de las tres fueron hallados en un descampado en el 2001. La sentencia da cuenta de que desde 1993 desaparecen “mujeres jóvenes, incluso niñas, trabajadoras —sobre todo de las fábricas manufactureras—, de escasos recursos, estudiantes o migrantes”. La corte ordenó compensar a los familiares con US$800.000 y revisar los procedimientos. El fallo fue considerado un hito, pero poco cambió.
Sobre los asesinatos se han barajado múltiples hipótesis. Un detective del FBI concluyó en 1999 que se trataba de “spree murderers”, algo así como asesinos de juerga. Se ha hablado en distintos momentos de asesinos en serie, escuadrones de la muerte, de redes asociadas a los conductores de buses, el narcotráfico o la trata de personas. También de una suerte de rito para sellar pactos entre hombres poderosos.
“La impunidad es la culpable de todo”, asegura la dramaturga Rocío Galicia, estudiosa del fenómeno y a punto de terminar un doctorado en la Universidad Iberoamericana sobre los asesinatos en Juárez. No atina a explicarlo de otra manera que como un monstruo de mil cabezas. “Hay muchas líneas de investigación, algunas absurdas, como el tráfico de órganos, pero dentro de la conclusión de la impunidad cabe todo. No es posible llegar a la verdad porque el sistema de justicia no existe y hay una ineficacia absoluta del resguardo de pruebas”.
En algún momento se hablaba de un prototipo de víctimas jóvenes, delgadas, morenas y de cabellos largos, pero hoy lo único claro es que se trata de mujeres humildes. “Todo ser pobre, marginado, indefenso, es borrado —asegura Galicia—. Y no pasa nada”.
Las hipótesis más fuertes son las relacionadas con el crimen organizado, asegura la antropóloga Patricia Ravelo Blancas, autora de varios libros sobre los feminicidios en Juárez y de un estudio en el que se detectaron las 31 teorías principales. “A la larga, se trata de la misma cadena para el tráfico de drogas, armas y mujeres”, asegura. Después, están las que tienen que ver con “violencia masculina totalmente legitimizada” en un lugar donde las mujeres desplazaron a los hombres como mano de obra en las maquilas. También hay muchos casos de agresiones domésticas que reproducen métodos macabros del crimen organizado. Ravelo concluye que se trata de “crímenes con una fuerte carga de odio misógino, discriminación de clase y xenofobia; eso se siente en la frontera”. El fenómeno está cerca de cumplir 20 años, pero los asesinos siguen afuera.
En el trasfondo hay una cultura de violencia de género que no es exclusiva de Ciudad Juárez. Aunque en algunos lugares de México, como el Distrito Federal, se han aprobado leyes para tipificar el feminicidio como un delito con penas más severas, al mismo tiempo seis estados mantienen vigente el atenuante de “razón de honor”, que rebaja la condena cuando el asesino sorprende a su mujer en un acto carnal. “La violencia basada en patrones de masculinidad se está convirtiendo en una epidemia”, ha dicho la diputada Teresa Incháustegui, presidenta de la Comisión Especial para el Seguimiento de Feminicidios. Según sus cifras, cada año hay unas 15.000 violaciones en México, sólo en el 25% de los casos se castiga al agresor y únicamente hay sentencia en el 1% de todos los expedientes por homicidio.
De hecho, otro de los estados donde proliferan el rapto y el asesinato de mujeres es en el céntrico estado de México. Según la Procuraduría (Fiscalía) estatal, en 2011 hubo 330 desaparecidas y algunas ONG comienzan a ver patrones similares a los de Juárez. Se trata de un bastión electoral del PRI en el que Enrique Peña Nieto, el amplio favorito de cara a las elecciones del 1º de julio, fue gobernador hasta 2011. Varios observadores creen que es uno de los principales lunares de la gestión de Peña Nieto, y aunque no ha ocurrido, el debate nacional sobre los feminicidios eventualmente se podría convertir en un tema de campaña.

Eduquemos a los hombres a no abusar de las mujeres


jueves, 31 de mayo de 2012

Caminatas en Juárez por Marisela Escobedo, asesinada por exigir justicia

 
CIUDAD JUÁREZ.- Marisela Escobedo fue asesinada el 16 de diciembre de 2010 frente a las cámaras de seguridad de las oficinas de gobierno de Ciudad Juárez. Exigía que no quedara impune el asesino de su hija Rubí Marisol Frayre Escobar. Los jueces Catalina Ochoa, Netzahualcóyotl Zúñiga y Rafael Boudib, pese a la confesión del crimen, absolvieron a Sergio Rafael Barraza del cargo de homicidio. Hoy se realizan diversas caminatas en El Paso, Texas, en Ciudad Juárez y en Distrito Federal, México, en memoria de esta madre que nunca pudo ver justicia por el feminiciodio de su hija.

lunes, 28 de mayo de 2012

Cartel donado



CARTEL DONADO POR ELISA MATOS Y CLARA ACIOLI, ARISTAS GRAFICAS (ARTE SOLIDARIO)

viernes, 25 de mayo de 2012

Zapatos rojos



EXHIBICIÓN DE LA ARTISTA ELINA CHAUVET CONTRA EL FEMINICIDIO... ASISTAN POR FAVOR! APOYEN ESTA CAUSA QUE CON MUCHOS ESFUERZOS SE INSTALARA EN EL ZÓCALO CAPITALINO EL 6 DE JUNIO!!!

martes, 22 de mayo de 2012

"DESAPARECIDAS" SERÁ PRESENTADO EN MADRID Y EN CIUDAD MÉXICO


El periodista español Javier Juárez (Madrid, 1978) se adentra en las fauces del crimen organizado mexicano en la búsqueda de jovencitas desaparecidas de Ciudad Juárez (Chihuahua). Durante cuatro años, Javier Juárez ha seguido por todo México la pista de decenas de adolescentes desaparecidas de Ciudad Juárez y denuncia en "Desaparecidas"  la red de mentiras y la complicidad de policías y autoridades tras sus secuestros.
El redactor madrileño señala en este trabajo de investigación tanto a altos cargos de la propia administración por su papel negligente y cómplices tras los secuestros, violaciones y asesinatos de jovencitas en Juárez. Tras una ardua investigación periodística de más de cuatro años, Javier Juárez destapa los tentáculos del crimen organizado insertados en la administración. Toda una cadena de intereses que oculta y esconde las autorías de decenas de secuestros y asesinatos sistemáticos de adolescentes. En sus páginas, el periodista madrileño refleja testimonios desgarradores de una realidad oculta y dramática, silenciada por las propias autoridades y que es más grave  y brutal aún que en la década de los 90, cuando Ciudad Juárez fue visualizada internacionalmente por cientos de feminicidios sexuales y la red de impunidad que los ampararon.
Javier Juárez logra descifrar la realidad existente tras estos secuestros, que desembocará en un final inesperado. Un trabajo de investigación periodística para tratar de desenmascarar un “genocidio” silenciado y silencioso y que ha llevado al autor a ser amenazado de muerte. Un altavoz contra la impunidad y contra el olvido.

lunes, 21 de mayo de 2012

El gobierno mexicano, a rendir cuentas ante la CIDH



Fernando Camacho Servín
 
Periódico La Jornada
Domingo 20 de mayo de 2012, p. 18
El anuncio de que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ya admitió el caso del asesinato de Lilia Alejandra García, hija de la activista Norma Andrade, es un paso alentador en la búsqueda de justicia que obligará al gobierno a brindar explicaciones sobre su falta de actuación para castigar ese crimen.
Así lo afirmó David Peña, de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos y representante legal de Andrade, quien subrayó que las autoridades no han hecho nada por atender las causas y efectos de la violencia contra la mujer en todo el país, pero particularmente en Chihuahua.
De entrada vemos muy bien la resolución. Estamos contentos porque es una posibilidad de abrir la puerta a la justicia en el caso de Lilia y de reivindicar el trabajo de Norma y de todos los familiares de víctimas como defensores de los derechos humanos, indicó el abogado.
Por otro lado, manifestó, esa decisión revela que, a pesar de la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos contra México por el tema de las ocho jóvenes asesinadas en 2001 en el paraje conocido como Campo Algodonero, en Ciudad Juárez, el gobierno federal continúa sin asumir sus responsabilidades para investigar y detener los feminicidios.
Tres meses para argumentar
Una vez admitido el caso de Lilia Alejandra García, explicó Peña, las organizaciones que asesoran a Norma Andrade tienen tres meses para argumentar ante la CIDH por qué consideran que las autoridades mexicanas violaron el derecho de la víctima a la vida, la integridad y la libertad personal, entre otros.
El gobierno federal, por su parte, deberá aportar sus elementos de defensa, lo que dará lugar a un intercambio de información y réplicas que puede extenderse hasta por año y medio o dos. Al término de ese lapso la CIDH determinará si hay elementos para afirmar que se cometieron las violaciones mencionadas y decidir si envía el caso a la Corte Interamericana.
El que lo hayan admitido ya tiene un significado muy importante, porque la comisión se había negado a aceptar más casos sobre Juárez, para ver si México cumplía primero la sentencia de Campo Algodonero. Ahora es importante que señalemos la impunidad que se vive en el país y apostemos por cambios de fondo y no por la simulación del gobierno en estos casos, manifestó.

sábado, 19 de mayo de 2012

Admite CIDH caso de hija asesinada de la activista Norma Andrade


México, 18 May (Notimex).- La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) admitió el caso de Lilia Alejandra García Andrade, asesinada en Ciudad Juárez, Chihuahua, en 2001, hija de la activista Norma Andrade y cuya petición se ingresó ante esa instancia internacional dos años después.
El pasado 10 de mayo, la comisión notificó formalmente a la defensora de derechos humanos y a la Asociación Nacional de Abogados Democráticos A.C, que en su periodo de sesiones de marzo celebrado en Washington se había decidido aceptar el caso de Lilia Alejandra.
El Centro de Comunicación Social informó en un comunicado que luego de 11 años de que ocurrieron los hechos, hasta la fecha no existe ningún responsable o sospechoso del feminicidio, el caso sigue en la impunidad y no se avanza en las investigaciones desde hace más de dos años.
La representación de Lilia Alejandra, tendrá que enviar en un plazo no mayor a tres meses, los argumentos y las pruebas suficientes para poder probar las violaciones que se cometieron en este proceso de investigación y que afectaron los propios derechos de la víctima así como de sus familiares.
La joven desapareció el 14 de febrero de 2011, cuando salió de su trabajo en una maquiladora de Ciudad Juárez y tras una denuncia telefónica, el día 21 de febrero su cuerpo fue encontrado en un lote baldío ubicado en el cruce de las calles Avenida Panamericana y Avenida Ejército Nacional.
En el informe de admisibilidad 59/12 de la CIDH, se señala que la petición presentada por la desaparición y posterior asesinato de Lilia Alejandra sucedió en el contexto de un patrón de violencia contra las mujeres en Ciudad Juárez.
Luego de estudiar el caso y sin determinar la existencia de las violaciones a los derechos humanos alegadas por los abogados del caso, la Comisión admitió la petición en cuanto se refiere a presuntas violaciones de los derechos a la vida, la integridad y la libertad personal, derechos de la niñez y a la igualdad jurídica.
También, declaró admisible la petición en cuanto se refiere a las presuntas violaciones de los derechos a la integridad personal y al debido proceso legal respecto a la familia de Lilia Alejandra, por todo lo que han tenido que hacer durante estos 11 años en la búsqueda por la justicia.
En el informe se destaca que el Estado mexicano presuntamente no ha cumplido con la obligación de prevenir y sancionar la violencia contra la mujer, deber establecido en el artículo 7 de la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, o Convención Belém Do Pará.
Desde la desaparición de su hija, Norma Andrade, inició una amplia campaña a nivel nacional e internacional para encontrar a Lilia Alejandra y sancionar a los responsables.
En 2002, formó junto con otras madres de víctimas de feminicidio la organización civil "Nuestras Hijas de Regreso a Casa A.C" en Ciudad Juárez y debido a su activismo a favor de los derechos humanos, en 2004 comenzó a recibir amenazas.
A finales de ese año, el 2 de diciembre de 2011, fue atacada por un sujeto desconocido afuera de su domicilio en Ciudad Juárez y recibió cinco impactos de bala, que pusieron en riesgo su vida, por lo que también salió de Ciudad Juárez y llegó a la ciudad de México.
El pasado 3 de febrero sufrió otro ataque con una arma punzocortante en el cuello, por lo que se exigieron medidas de seguridad extremas para resguardar su vida y su integridad, así como las de sus nietos (hijos de Lilia Alejandra) que están bajo su cuidado.
NTX/GVM/SGR

martes, 8 de mayo de 2012

Buscan 'desaparecer las desapariciones de mujeres en Juárez'




Chihuahua, Chih.- En un nuevo intento por 'desaparecer las desapariciones de mujeres en Juárez', la Comisión deDerechos Humanos lanzó una campaña de concientización en la cual no sólo se exige a las autoridades el esclarecimiento de los casos que se encuentran bajo investigación sino que también se invita a los familiares de aquellas mujeres cuyo paradero se encuentra 'indefinido' a que permanezcan cerca de los organismos encargados se Seguridad Pública para que en dado caso activen el protocolo ALBA, mismo que en julio del 2011 fue integrado a la Ley de la Fiscalía y se enfoca en atender situaciones de desaparición o extravío y de coordinar acciones de búsqueda y localización de mujeres consideradas como de alto riesgo, siendo estas niñas y niños menores de 11 años reportados como desaparecidas(os) o extraviadas(os).

Esta campaña de la CEDH se conforma por pósters en los que se muestran cuadros en que las mujeres se desvanecesn, dejando detrás de ellas sólo las prendas que las vestían... Una falda verde y unos tacones rojos que caminan por una calle sin pavimentar, un par de uniformes de primaria que juegan, una blusa rosa y unos pantalones de mezlilla llegando a un vehículo, una playera de flores y una pantalonesa 'cargando' bolsas de mandado mientras esperan el camión. Sobre estas imágenes se lee la leyenda: 'LAS DESAPARICIONES EN JUÁREZ TIENEN QUE DESAPARECER. Activa el protocolo ALBA para ayudar a la búsqueda de niñas y mujeres desaparecidas'.

domingo, 6 de mayo de 2012

CIUDADANIAS DEL MIEDO, NUEVA SERIE. El feminicidio como escándalo: o de cómo la paja en el ojo ajeno no basta para ocultar las vigas que a todos ciegan



A casi veinte años del inicio del feminicidio en Ciudad Juárez y en México, lejos de ser objeto de reflexión y, sobre todo de acción eficaz, el asesinato impune de mujeres y niñas prosigue a la par que se trivializa, descontextualiza y manipula. Lejos de intentar un balance crítico de lo que implican cientos  o miles de casos de impunidad criminal, del costo personal y social que significan tantas muertes violentas, tanto dolor y tantos esfuerzos de familiares y vecinas por lograr un poco de justicia y verdad, hay quienes apenas parecen asomarse al horror de estos crímenes y disertan sobre ellos como si nadie, nunca, los hubiera analizado.  Otros, en cambio, se  escandalizan a voz en cuello por la impunidad reinante, no en el país, sino sólo en cierto estado o en ciertas regiones, como si el resto de la cornucopia fuera un oasis de igualdad de género y justicia para todos….

Preguntarse apenas en 2012 por las posibles causas de esta violencia misógina sin considerar expresamente los años y años de impunidad,  las exigencias de verdad y demandas de justicia, sin reconocer los riesgos  que han estado dispuestas a correr las madres y hermanas de las jóvenes asesinadas, disertar sobre esa violencia sin exigir a la vez un sistema de protección  a defensoras de derechos humanos, no es sino contribuir a la política de simulación con  la que el Estado mexicano, la clase política y parte de la academia y de la sociedad , han respondido a este enorme problema social.  Negar, como también se ha hecho, desde cierta academia y cierto feminismo, la importancia de los asesinatos abyectos de mujeres y niñas, so pretexto de que en Cd. Juárez mueren muchos más hombres, es contribuir al ocultamiento que año con año han promovido los gobiernos estatales, municipales y federales. Cuando se insiste en el feminicidio, no se trata de establecer una macabra competencia entre víctimas de uno y otro sexo; se trata, por el contrario, de entender las causas de cada uno de estos crímenes, en sus distintas fases,  para exigir justicia para todos,  y buscar soluciones o medidas de reparación y no repetición , adecuadas para cada caso. Que las oleadas de violencia  azoten  la frontera norte y otras zonas del país, no significa que sea imposible analizarla y entenderla; se requiere hacer distinciones para lograrlo.

Por demás frustrante ha sido para familiares y ciudadanos mantener el dedo en la llaga, pese a  la indiferencia oficial.  Por demás doloroso, para las madres de Ciudad Juárez y Chihuahua, del Estado de México y Morelos, preservar la esperanza de obtener algo de verdad, ante tanta impunidad, tanto maltrato, tanto agravio repetido. Por ello y por simple solidaridad con las víctimas de esta violencia atroz,  resulta francamente  ofensivo  que, en medio la batalla de lodo electoral, el feminicidio se use como un proyectil más entre partidos que son, ambos, responsables de la impunidad y de la misoginia predominantes en este país.  Me refiero aquí al spot “La verdad no divide” que el PAN lanzó contra el candidato del PRI, sin objeción del IFE, la semana del 23 de abril.


El feminicidio es un caso paradigmático de crímenes misóginos y crueles de los que las autoridades son responsables por  acción (negligencia, cuando menos) y por omisión. No por otra razón, el Estado mexicano (y  no un partido ni una sola persona) fue condenado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en 2009. La Sentencia de la CoIDH remite, como se sabe,  a los asesinatos del Campo algodonero en 2001; pero desafortunadamente podría aplicarse a muchos otros: a los 600 o 900+ casos del Estado de México, a las atrocidades que han sucedido en Morelos,  o en Chihuahua, por sólo mencionar algunas de las muchas llagas que supuran hoy en nuestro territorio.

Suceda donde suceda, gobierne el partido que gobierne, el feminicidio es una muerte intolerable, como ha planteado Amnistía Internacional. Se trata no sólo de un asesinato de mujer por el hecho de ser mujer; muchas veces va precedido de secuestro y tortura y seguido de agravio al cadáver, maltrato a los familiares, y , sobre todo, impunidad.  Esto, pese a quien le pese, remite al sistema de justicia federal, y estatal, a su incapacidad,  a la colusión con criminales, y/o a corrupción.

De ahí entonces que atribuir la responsabilidad del feminicidio tan sólo al ex gobernador del Estado de México sea un acto mezquino y no una encomiable toma de conciencia por parte del partido al que han pertenecido los encargados  del gobierno federal desde 2000 y varios funcionarios locales y estatales que deberían  haberse preocupado por hacerle justicia a las víctimas y sus familiares desde 1993, cuando menos, en Chihuahua y otros estados.

En el mismo sentido, atribuir la violencia que desangra al país a un solo partido porque éste gobierna una mayoría de estados, es olvidar que quien ha encabezado a las fuerzas armadas y la política de seguridad nacional desde 2006, es por tanto responsable de la falta de orden, de las violaciones a los derechos humanos, y de la pavorosa crisis de justicia que hoy enfrentamos.  Así, lejos de contribuir al esclarecimiento de las causas de la violencia, con  su manipulación circunstancial del feminicidio en el Estado de México, el PAN insulta al electorado que no padece de amnesia, y agravia la memoria de las víctimas del feminicidio puesto que sólo se le ocurre recordarlas cuando se trata de tirarle piedras a su  contrincante.  La justicia no es cuestión de pleitos personales ni de juegos de poder, la justicia debería ser para todos un principio.  Es, para nosotras y nosotros, la ciudadanía,  un bien de urgente necesidad, por desgracia muy escaso en nuestro país.

Aunque quien haya leído entregas anteriores lo sabe, no está de más aclarar que no apoyo al PRI ni a su candidato. Tampoco soy  experta en medios ni se supone que este espacio trate de “la noticia del día”. No obstante, me ocupo, me he sentido obligada a ocuparme aquí, de este reciente spot del PAN porque, en mi opinión, contiene una de las muestras más deleznables de discurso político oportunista, y, aunque no lo parezca, misógino, en nuestro ya muy degradado ámbito público.

Aparentar preocuparse por el feminicidio en el Estado de México y reducir la violencia contra las mujeres a los estados gobernados por el PRI es descontextualizar el feminicidio en México y pretender hacernos creer que el resto del país, donde gobiernan y han gobernado otros partidos (en particular el PAN) es un paraíso de justicia. Poner a tres “chicas bien” a protestar por la indiferencia (real) de las autoridades mexiquenses ante los asesinatos de mujeres,  es mofarse de quienes, en ese Estado y antes en Chihuahua, salieron una y otra vez a las calles a exigir justicia, a costa de su vida. La valentía de Marisela Ortiz, Norma Andrade, Malú García, Paula Flores,  y otras mujeres hoy exiliadas de Cd. Juárez, así como la memoria de Marisela Escobedo merecen un mínimo de respeto. Si las “niñas bien”  y las clases medias de Chihuahua, del Estado de México y de todo el país; si los empresarios de allá y de acá, si las senadoras y diputadas del PAN y sus señores correligionarios, si todas y todos ellos se hubieran preocupado por los feminicidios en el país; si Fox y Calderón hubieran recibido a las madres de Cd. Juárez, si les hubieran cumplido sus promesas;  si tantas cosas que pedimos y que muchas demandaron hasta el cansancio y que no dependían de uno u otro partido sino del Estado mexicano, se hubieran llevado a cabo…. no sólo se denostaría a un gobernador (indiferente a la justicia sin duda), se habría llevado a juicio político a varios, panistas y priistas; no sólo se habría declarado la alerta de género en el Estado de México, en Chihuahua y en el Distrito Federal , o en todo el país; también se investigaría  a funcionarios de todos los partidos por obstrucción de justicia, colusión, indiferencia, ante todas las formas de violencia misógina que comprobamos aquí y allá, día a día.

La degradación de la clase política mexicana es tal que amerita que nosotros, la ciudadanía,  exijamos un mínimo de decencia – no encuentro mejor palabra- y de respeto. Lucrar con el dolor de los demás como lo hacen los partidos al simular gran preocupación por la paja en el ojo ajeno, o al expedir leyes contra el feminicidio, la trata de personas, o la violencia doméstica sin limpiar el sistema de justicia, sin asegurar recursos suficientes, sin autocritica, es deleznable. Si de veras les preocupara el país,  quienes buscan gobernarnos y quienes dicen velar por los intereses del electorado, dejarían de tirar nuestros recursos en basura electoral y (se) pondrían un límite a la descomposición del discurso público.
Ni las mujeres, ni las víctimas directas  e indirectas de las violencias en este país merecemos el agravio de que en la guerra de lodo electoral una urgente demanda de justicia a nivel nacional se reduzca a una falla personal o una excepción local.

Lo que hemos exigido y seguiremos exigiendo en todo el país es el fin a la impunidad del feminicidio, la aplicación de la ley. Y en todo el país, incluyendo Chihuahua, el Estado de México, Morelos, Guerrero, exigimos ¡Verdad y justicia!

29 de Abril de 2012